Un lugar para la cerveza entre monjes y masones
El actual restaurante Trinidade es uno de los lugares más buscados por los viajeros, no solo por su espectacular gastronomía portuguesa, sino por su cerveza e historia. Se encuentra en el Chiado, corazón cultural de Lisboa y en su interior se han vivido algunos de los más importantes acontecimientos de los últimos ocho siglos. De convento a fábrica de cerveza, de fábrica a logia masónica y finalmente un centro de ocio para disfrutar del pasado en nuestros días. Hoy vamos a conocer uno de esos locales con secretos y misterios que han hecho de Lisboa una ciudad única. Solo tienes que seguir leyendo...
Los orígenes, el convento
En la Edad Media no existía el Chiado ni el barrio alto como lo conocemos en la actualidad, sino que esta ubicación se encontraba en el extrarradio de la capital. Ya a finales del siglo XIII se levantará en este lugar el convento de la Santísima Trinidad, para dar cabida a los monjes trinitarios de la redención de los cautivos. Durante seis siglos el lugar seguirá con la iglesia y las instalaciones de la hermandad religiosa, que resisten al paso del tiempo y también aguantarán el envite del terremoto de 1531. También fue el lugar donde el escritor Luis de Camoes se enamoró profundamente en 1542, al conocer en una capilla a Catarina de Ataide, a quien dedicaría varios poemas. Dos siglos más tarde, en 1708 un incendio destruye parcialmente el convento, al igual que en 1755, el año en que la tierra tembló en Lisboa.
En el año 1776, trece días después de la reconstrucción total del convento, una gran parte sería calcinada por un nuevo incendio. Pero el final de los trinitarios llega por una decisión política, la expulsión de las órdenes religiosas en 1834. Esta decisión hace que el convento se abandone hasta la llegada de un comerciante español que renueva la imagen de la ciudad y trae un producto de éxito ya conocido desde antaño, la cerveza.
El emprendedor gallego
En esta ciudad los habitantes de origen gallego han sido una constante a lo largo del tiempo, desde los primeros aguadeiros (comerciantes de barriles de agua extraída de las fuentes), hasta los grandes empresarios que dieron origen a la Ginjinha o a la primera fábrica de cerveza de la capital, como fue el ejemplo del comerciante Manuel Moreira García.
Este emprendedor compra el terreno en 1834 y decide reconstruir parte del antiguo convento, acondicionando las instalaciones para obtener cerveza, con técnicas traídas de las factorías alemanas. Fue la primera fábrica de cervezas de Lisboa y de todo Portugal, obteniendo pronto rendimientos, pues el nuevo producto tuvo mucho éxito, compitiendo con el imperante vino, una de las mayores tradiciones de los lusos. Moreira hizo decorar la fábrica con una imponente azulejería exterior e interior que tiene relación con la masonería. Los azulejos obra de Ferreira das Tabuletas todavía son visibles en la Rua Nova da Trinidade, donde el comerciante tenía su casa.
La colección que protege todas las paredes del restaurante tiene mucho que ver con la concepción del origen del mundo de las fraternidades masónicas que allí se reunían. Uno de los símbolos más conocidos es un ojo dentro de un triángulo, es decir el ojo que todo lo ve, o por otra parte y siguiendo la estética masónica, se trata del Gran Arquitecto del Universo, el que ha creado todo. Ven con nosotros a conocer la capital y seguirás conociendo la simbología oculta…
Masonería en Portugal
Las hermandades secretas han ido de la mano con la evolución del país y dieron sus primeros pasos en 1727. En aquellos días estaba aún presente la Santa Inquisición que no dudó en condenar a algunos de los hermanos, por lo que todo el secretismo tiene toda su lógica. Años más tarde, con la llegada al poder del Marqués de Pombal se abole esta institución político-religiosa que también tuvo mucho poder en España.
En 1779 la masonería coge fuerza, y muchos masones británicos llegan a Lisboa para intercambiar su conocimiento. En el siglo XIX las fraternidades son algo comúnmente aceptado y comienzan a coquetear con las esferas de la alta nobleza y la monarquía. A partir de 1844 los símbolos en instituciones financieras plagan la Baixa, como veremos en nuestro Free Tour. Luego vendrá el final de la monarquía y la llegada de la República relacionada siempre con los masones. Pero los tiempos dorados acaban con Salazar y el oscurantismo de 48 años de dictadura y la prohibición total de todo aquello que fuese pensar o sentir la igualdad (una de las máximas de la masonería). Desde la Revolución de los claveles en 1974 la masonería en Portugal ha ido cogiendo peso, y los últimos presidentes del Gobierno han sido miembros activos.
¿A qué no lo sabías?
La fábrica fue comprada por un grupo inversor que transformó el local en una cervecería y más tarde en un restaurante donde se sirve un filete de ternera con salsa secreta solo conocida por el dueño y el chef… un misterio a la altura de los Pasteles de Belém.
Una importante startup portuguesa llegó a un acuerdo en 2018 para la fabricación de cerveza en el lugar donde todo comenzó. Actualmente ha sacado al mercado Trinidade Aurea, Fénix y Profana, tres referencias con alusiones a los misterios de la masonería.
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¿Qué hacer en los alrededores?
Además de comer o tomar una cerveza en Trinidade, tienes que pasear por el Chiado para conocer sus esculturas, plazas y estrechas calles llenas de simbología. Muy cerca de la cervecería se encuentra la Iglesia de San Roque, una joya barroca finamente decorada. También esta zona es la entrada al barrio alto y al mirador de San Pedro de Alcántara, uno de los miradores imprescindibles para realizar las mejores fotos de la ciudad de las siete colinas.
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